El Teatro Dengra de Baza y sus obras de restauración y rehabilitación

por | Última actualización el 19 Mar 2020 a las 12:55AM | Publicado el 1 Jul 2018 | Ayuntamiento de Baza, Granada, K7 restauración y rehabilitación | 3 Comentarios

El Teatro Dengra de Baza, el interesantísimo teatro municipal de esta localidad granadina, vive en esta primera mitad de 2018 la que podría ser la última etapa del abandono y la ruina que lo asedian. Se trata de la buena noticia de la resolución del concurso de licitación de las obras para su rehabilitación en el cual hemos tenido el honor de participar.

La necesidad de un equipamiento cultural como éste en la ciudad de Baza se suma al completo desaprovechamiento y olvido de un edificio que, tras una serie de intervenciones y obras desafortunadas, ha quedado como un inmueble inútil, triste y ruinoso. Con el paso del tiempo la cantidad y la variedad de las dificultades para su recuperación no han hecho sino aumentar, como también lo ha hecho la necesidad de invertir en él cada vez más.

Precisamente en esa gran diferencia entre necesidad de inversión, calidad del proyecto de ejecución y tipología de concurso es en la que hemos puesto más energía y a la que hemos dedicado uno de los capítulos más críticos de este texto.

Situación actual del Teatro Dengra

Cuando realizamos la visita al Teatro Dengra y a sus alrededores pudimos comprender la compleja situación legal y urbana que condiciona este inmueble y el conjunto histórico en el que éste se imbrica. Actualmente todo lo que rodea al edificio del teatro rezuma abandono, desidia y ruina, incluidas las viviendas de la parte privada.

La propiedad de este equipamiento pertenece al Ayuntamiento de Baza que, en la actualidad, lo mantiene completamente clausurado. No es para menos puesto que el acceso de personas a su interior entraña algunos riesgos: caídas, desprendimientos, atrapamientos; no existen medidas de seguridad que permitan realizar una visita salvo para personal técnico.

Por la zona exterior, el llamado Callejón del Teatro es la única forma de acceder a su fachada sureste, hacia alguna de las puertas de acceso de la crujía lateral, al engalaberno o a la cancela que impide acercarse a la escalera que comunica directamente con la parte trasera del escenario.

La que ha funcionado desde siempre como entrada principal es la que utiliza la puerta del cuerpo de acceso de la Plaza Santo Domingo -en la actualidad como servidumbre de paso a través de la propiedad de la Familia Dengra- y que hoy permanece cerrado al público. Desde esta puerta, y atravesando parte del antiguo claustro del que fuera el Convento de Santo Domingo, se llega a una de las puertas laterales del edificio del teatro. Las siguientes imágenes muestran cómo es actualmente esta zona, que funciona también como acceso a las viviendas que alberga el conjunto.

El final de este pasadizo que usaron tanto los inquilinos de las viviendas como los espectadores para entrar y salir del recinto es un pequeño engalaberno cerrado, cubierto por la terraza de una de las viviendas: una situación completamente ingobernable desde el punto de vista legal como del constructivo. Por si fuera poco, esta zona presenta un deplorable estado estructural cercano a la ruina: apeo provisional para evitar el hundimiento, humedades, filtraciones, vegetación, pudrición de las viguetas, rotura de baldosas, etc.

Pese a todo, este espacio cerrado debió de servir de vestíbulo de entrada a uno de los laterales del Teatro Dengra; todos los espectadores pasarían por este punto, se recogerían las entradas, se dejarían los abrigos y serían conducidos hacia la sala, hacia los palcos de fondo o hacia las escaleras a planta primera.

Una vez que traspasamos las desvencijadas puertas, nos encontramos en una de las crujías laterales que nos recuerdan más a una obra abandonada que a un antiguo teatro: tabiquerías sin terminar, conductos plásticos, escombros, huecos abiertos, estructuras desnudas, olor a humedad en algunas zonas, sonido de palomas revoloteando en el interior, etc. El aspecto de una obra cualquiera abandonada hace años.

Sin embargo, la percepción cambia completamente si avanzamos unos metros y accedemos a la sala central por alguna de las puertas laterales o de palcos. Al franquear los gruesos muros que la forman, se abre un espacio que ni el abandono ni los destrozos del pasado han conseguido echar a perder.

No siempre tenemos la oportunidad de observar y analizar un teatro de estas características: sala recta y alargada, falso techo plano y dividido, escenario enorme en comparación con el fondo de la sala y una distribución de palcos traseros bajo el graderío posterior harto singular. Esta experiencia estuvo potenciada por el aspecto vacío y ruinoso de la platea, del graderío superior y de los vuelos de los palcos de planta primera, hoy completamente desaparecidos.

El suelo ligeramente inclinado del patio de butacas ha sido cubierto por una solera por la que es difícil transitar sin tropezar en escombros, oquedades o basura. Las molduras de los huecos de acceso, el peto del antepecho de los palcos y el graderío superior, el antepecho de los palcos inferiores, los laterales de la boca del escenario y algunas zonas de los muros laterales presentan grandes destrozos provenientes de trabajos de picado y demolición nada respetuosos.

Si subimos al nivel superior podemos acceder a la sala central bien por las antiguas puertas de los palcos, bien por el último de los huecos que servía de acceso al graderío. Las dos últimas entradas -aún hoy en día se puede ver que son algo más anchas que las anteriores- permanecen tapiadas. Desde este nivel podemos contemplar la gran amplitud de la embocadura del proscenio que ya no conserva ni escenario, ni cicloramas ni estructuras para peine, bambalinas o telones.

La primera planta se caracteriza por una mayor luminosidad, en parte por el mayor número de huecos en las fachadas, pero también por la casi total ausencia de particiones. Sin embargo, el grado de deterioro y abandono es idéntico al del nivel principal: todos los falsos techos están arrancados, las estructuras de madera y los paneles de cubierta carecen de protección, algunas ventanas abiertas o rotas han permitido la entrada y el anidamiento de palomas y los suelos se cubren de escombros y desechos, produciendo todo ello una aplastante sensación de deterioro y olvido.

Con las demoliciones de algunas de las antiguas escaleras, solamente hay un punto que comunica con seguridad los dos niveles y es una de las escaleras de servicio de los camerinos de la crujía sureste. Al bajar de nuevo a la planta primera esta escalera nos deposita en uno de los laterales del escenario. Éste se encuentra totalmente vacío por lo que no podemos transitar sobre él; solamente rodearlo por la gruesa bancada que se ejecutó hace más de una década como refuerzo de la cimentación.

Sin embargo, al elevar la mirada hacia arriba, toda la caja escénica se nos muestra en la actualidad tal y como fue pensada y construida en origen. Sirvan las dos imágenes siguientes para mostrar la altura del espacio que permitirá montar una amplia estructura metálica para el nuevo peine y los restos de mecanismos, escalas, cables y polipastos que aún perduran en la zona más elevada.

En la imagen inferior, una visión completa de la sala del teatro, desde el que bien podría ser el fondo del escenario (la fotografía está tomada a una cota algo más baja que el nivel real del mismo) hasta los huecos que en los años 40 se abrieron en el fondo del gallinero para poder dar uso a los proyectores de cine. Es la versión casi fantasmagórica de la imagen que muchos actores y actrices habrán tenido a lo largo de años de espectáculos y funciones al ponerse cara al público.

Un gran portón comunica el que sería el nivel natural del escenario con una escalinata doble exterior, la cual desciende a una pequeña franja libre que separa la fachada oriental del Teatro Dengra de construcciones aledañas, concretamente una fea cochera de chapa y un edificio de viviendas que no se terminó. Aunque este portón permanece cerrado, existe bajo la escalinata un portillo que permite el paso directo al nivel del foso del escenario.

Una vez en el exterior podríamos recorrer -no sin dificultades- el edificio por todo su perímetro siempre teniendo en cuenta que existe una cancela que nos impide el acceso a la anterior escalinata del escenario y que será necesario pasar también bajo las puertas de ambos extremos del engalaberno, atravesando por debajo de la terraza o, lo que es lo mismo, por el cuerpo que une el Teatro Dengra con el resto de construcciones del antiguo Convento de Santo Domingo de Baza.

Con la excepción del mencionado Callejón del Teatro, repleto siempre de vehículos aparcados, los alrededores del edificio son una suerte de propiedades llenas de vegetación salvaje, maleza, basura y restos de antiguas obras. Salvo las franjas próximas a las viviendas en uso de la zona del antiguo convento, el resto son propiedades completamente devoradas por el abandono. Desde la Carretera de Granada aún se puede observar en lo alto un cartel comido por el sol que anunciaba una promoción de viviendas que nunca llegó a construirse. Gracias a ello, el Teatro Dengra aparece desde esta calle como erguido en su Acrópolis particular, como resistiendo a ser engullido en un visible torbellino de ruina, maleza y olvido.

En la anterior imagen se puede contrastar que el aspecto exterior actual de Teatro Dengra -las fachadas y hastiales, sus revocos, sus huecos o los faldones de la cubierta- no es bueno pero, afortunadamente, poco se parece al desgarro interior que hemos tratado de describir. La peculiar posición de este edificio en la ciudad de Baza responde a una historia que se remonta mucho antes de la ideación y construcción del mismo, como veremos a continuación.

Historia del teatro

Para comprender la relación topológica de las numerosas piezas que componen este puzle urbano hay que remontarse al periodo entre los siglos XVI y XVII en los que se funda y levanta el Convento de Santo Domingo.

Según la ficha del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, este convento fue fundando en 1553 aunque los primeros espacios y dependencias como el claustro o las viviendas de los dominicos no se edificaron hasta el periodo que va desde 1585 a 1614, mientras que la iglesia conventual se levantaría medio siglo después, entre 1608 y 1617.

La planta del convento se articula en torno a un claustro de dos plantas con arcos de medio punto, friso dórico, columnas sobre plinto bajo y una fuente situada en el centro del patio. Este claustro es una de los espacios mejor conservados y sobre el que hablaremos más adelante.

Su estructura se compone de muros de ladrillo, tierra con cal y arenisca labrada solamente en algunas zonas ornamentales; posee cubiertas inclinadas de teja árabe y, según las fotografías históricas a las que hemos tenido la suerte de acceder, forjados de viguería de madera y un alfarje decorativo de notable valor.

Durante la Guerra de la Independencia en la primera década del siglo XIX no sufrió daños reseñables, pero la Desamortización de 1835 marcó el comienzo de su deterioro, abandono y ruina. En esta etapa -al igual que muchas otras propiedades eclesiásticas- todo el conjunto conventual pasó a manos privadas.

En las imágenes superiores se puede ver la diferencia que existe entre la antigua fachada del convento y la Plaza de Santo Domingo tal y como la podemos ver en la actualidad. Sobre todos los cambios de alzado, cotas y elementos urbanos, destaca especialmente la desaparición de la antigua torre campanario de la iglesia conventual.

Esta torre es sustituida por el cuerpo de acceso que completa la panda del claustro perpendicular a la fachada y dota de entrada a unas dependencias que, desde la desamortización, fueron adquiriendo uso comercial y residencial.

El 4 de diciembre del año 1930 es la fecha oficial de inauguración del Teatro Dengra. Justo una década antes, en 1920, comenzaron los trabajos de reacondicionamiento de las huertas traseras del antiguo convento: demolición de pequeñas construcciones existentes, movimientos de terreno y renovación de las fachadas traseras de las antiguas dependencias conventuales que en esta época ya habían sido transformadas todas ellas en viviendas.

Será durante 1929 y 1930 cuando se levante el edificio del Teatro Dengra según el proyecto del arquitecto granadino Fernando Wilhemi. Por un lado, proyecta un edificio sencillo, purista, neoclásico y estoico, un volumen que por el exterior podría recordar una traza basilical, con una planta de líneas rectas y bandas de uso impares bien definidas.

Por el otro, compone una fachada para el cuerpo exterior de acceso también con elementos clásicos y de estilo decó, como el rótulo, el antepecho de la azotea o la desaparecida marquesina de hierro forjado sobre la entrada principal y la taquilla.

El esquema inferior es el que aparece en la ficha que el Plan General de Ordenación Urbana de Baza dedica al Teatro Dengra. Así se planteó la entrada de público: por un nuevo eje del convento que separaba la unidad de la traza del mismo en dos, de manera tangencial al espacio claustral usando una de sus pandas y creando un engalaberno bajo la terraza de una de las viviendas al final del recorrido. Este espacio con doble puerta es el que permite la entrada y salida del público -de manera totalmente heterodoxa y singular- al teatro por su crujía derecha y no por su testero posterior.

Con este esquema de servidumbre de paso a través de la propiedad privada de la Familia Dengra se inauguró el teatro con la puesta en escena de la zarzuela La Rosa del Azafrán que llenó por completo su aforo con 886 espectadores.

Durante el periodo de la República los espectáculos teatrales se alternaban con cine mudo y desde 1931 con cine sonoro, al principio en versión original y posteriormente dobladas al castellano. Funcionó durante esta época dorada de la cultura como teatro-cine alternando la proyección de películas de todo tipo -sobre todo westerns- y las representaciones dramatúrgicas con espectáculos, bailes, zarzuelas, variedades, celebraciones de Carnaval, etc.

Durante la Guerra Civil el Teatro Dengra fue uno de los teatros, cines y salas de espectáculos andaluces que no pudo mantener su actividad, hecho que se sumó al cierre del Salón Ideal, el otro gran equipamiento cultural de la ciudad de Baza. Su reapertura pudo hacerse efectiva en 1943 aunque en los siguientes años, el ahora llamado Cinema Dengra tuvo que competir con otras salas como el Cinema Cortés, la Terraza Alameda, la Terraza Basti y algunos otros cines de verano.

Al igual que muchos otros teatros y cines de Andalucía y de la Península Ibérica, su éxito y afluencia de público fue disminuyendo lenta pero inexorablemente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, especialmente a partir de 1960 con la llegada de la televisión. Se puede decir que el Teatro Dengra fue capaz de mantener su actividad hasta finales de los años 90, en parte gracias al trabajo de Lucía Dengra García -heredera de los miembros de la familia promotores del edificio- y de las diferentes empresas de espectáculos que lo fueron arrendando.

En 1998 el Ayuntamiento de Baza se convierte en propietario del edificio del teatro, del engalaberno en su planta baja, así como de la servidumbre de paso a través de la panda oriental del antiguo claustro y de una banda perimetral alrededor de la construcción que la separa del resto de propiedades de otros miembros de la Familia Dengra.

El deterioro generalizado del edificio -especialmente intenso en la cubierta y en el interior de la sala- hacen que en aquella etapa se plantease como absolutamente necesaria la elaboración de un plan de recuperación y rehabilitación del teatro antes de devolverle su uso. Queden estas siniestras imágenes (recuperadas de la ficha VM gen-5 del Plan General de Ordenación Urbana de Baza) como testimonio del estado del Teatro Dengra allá por el año 2000.

La Delegación Provincial de Cultura promovió durante periodos intermitentes entre los años 2004 y 2005 unas “obras” de reforma que fueron realizadas por una escuela taller: demoliciones parciales, escaleras, soleras, tabiquerías varias, rozas y preinstalaciones eléctricas, etc. Destacan por su importancia, calidad y permanencia hasta el momento presente la cimentación estructural de hormigón armado del escenario y la reparación y sustitución de la cubierta por paneles sándwich, aunque no sabemos a ciencia cierta la fecha y rigor de estas intervenciones (2007-2008?).

El Proyecto de Ejecución cuyas obras serán el siguiente paso de la recuperación de este edificio comienza en 2007 aunque no obtiene un informe con resolución favorable por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura hasta 2009.

En la actualidad, y pese al deplorable estado y la ausencia de uso y actividad, el Teatro Dengra de Baza pertenece a la Red de Teatros de Andalucía y existe una fuerte demanda popular en favor de su recuperación. Sin embargo, ha pasado una década completa desde la redacción del proyecto que hoy estudiamos hasta la realidad de una obra de rehabilitación con posibilidades.

El Proyecto de Rehabilitación

En el repaso histórico del Teatro Dengra de Baza que acabamos de hacer de manera muy sintética, mencionamos el Proyecto de Rehabilitación que ha llegado a nuestras manos, redactado por el arquitecto Juan Carlos García de los Reyes, el cual es también el redactor del PGOU del propio municipio de Baza.

La singularidad de este proyecto en cuestión es que se va a ejecutar diez años después de la época en la que fue concebido, un hecho muy parecido al caso estudiado anteriormente en el Teatro María Luisa de Mérida cuyas obras financia el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Mérida. Aunque dejemos a un lado modas, estilos e influencias, las necesidades actuales de un equipamiento cultural como éste son otras y diferentes a las que pudieron ser proyectadas en aquel momento.

Los objetivos de este proyecto, en esencia, son dos: por un lado, terminar unas obras ya empezadas, las cuales tendrán como consecuencia completar una rehabilitación de este teatro comenzada tiempo atrás; por otro, recuperar su uso como un verdadero equipamiento cultural en activo.

Se repondrán todas las butacas, incluyendo la sustitución de las antiguas bancadas de madera del gallinero hasta un aforo total de 497 espectadores en ambas plantas, se reconformarán los palcos -que sumarán a las anteriores 36 personas más sentadas en los palcos superiores y 20 en los inferiores hasta un total de 553 localidades-, se modernizarán los camerinos de ambas plantas y se reformarán todos los espacios que rodean a la sala central como son el vestíbulo de recepción y la cafetería en el lado occidental.

El proyecto añade un ascensor para público en la crujía meridional y un sistema completo de radiadores en zonas de tránsito y suelo radiante en la sala central, camerinos y aseos en vez de chorro de aire, que es lo más habitual. El sistema de refrigeración, en cambio, sí se hace con unidades de techo en los espacios reducidos y con impulsión de largo alcance en la sala central.

En el escenario se construirá una estructura metálica nueva como soporte a las diferentes plataformas: escenario, pasarelas, cortes, telón, bambalinas y los fondos de escena, incluida una caja escénica cuyas prestaciones no se han definido, como veremos más adelante. En estrecha relación con toda la técnica para la escena, el proyecto ha previsto una sala de control que sustituye al cuarto y quinto palco de la planta principal del teatro.

La sala central, los espacios vestibulares de acceso y tránsito, así como el cuerpo del escenario se pretenden reformar sin cambios sustanciales, recuperando un funcionamiento muy parecido al que el Teatro Dengra tenía en origen. El único elemento arquitectónico de nueva factura que se incorpora en este proyecto es el nuevo volumen de aseos de una sola planta que se adosa al teatro en su fachada occidental.

El cuerpo de aseos

En los dibujos siguientes -extraídos del Proyecto de Ejecución publicado por el Ayuntamiento de Baza- es notorio el protagonismo que este paquete de aseos e información añadido en el testero occidental reclama para sí. Se trata de un cuerpo bajo formado por muros de hormigón armado, cubiertas planas y soportes de acero cromado sin relación tipológica ni constructiva alguna con el edificio antiguo que albergará los 4 grupos de aseos del teatro.

Al observar las plantas, una de las cosas que más llama la atención es ver los núcleos de aseos no solamente en fachada, sino saliendo por completo al exterior del edificio y en un volumen de características volumétricas y constructivas tan diferentes al resto del teatro.

Como curiosidad señalaremos que, en un principio, este postizo no fue pensado exactamente como como la planta actual nos muestra. En la documentación del proyecto de ejecución actual se incluyen planos de un estudio acústico realizado en 2008 por una empresa externa. Bajo las capas de los esquemas de este documento se puede ver cómo en este cuerpo había proyectada la que en origen iba a ser la entrada principal del teatro, por el lado posterior al escenario, directamente contra el vestíbulo y por el centro de la fachada. Un buen lugar para plantear la entrada de un teatro si no fuera por la incomodidad de sus «acompañantes».

El dibujo anterior representa la planta primera del nuevo Teatro Dengra en su versión definitiva: los palcos laterales, la cafetería, los camerinos múltiples y las pequeñas cubiertas intermitentes de este cuerpo añadido. El dibujo siguiente, por el contrario, es el de la planta baja del edificio, con sus galerías laterales de distribución, los palcos traseros, la nueva sala de control, el vestíbulo o salón de recepción, los camerinos individuales y el mencionado nuevo cuerpo añadido de aseos.
No podremos ver los alzados limpios y austeros de otros teatros andaluces tipológicamente similares como el Teatro Calderón de Puebla de Don Fadrique, el Teatro Cine Cervantes de Cúllar o el Teatro Oscense de Huéscar, sino un cuerpo postizo.

Nos sorprendimos al leer la memoria del Proyecto de ejecución, donde se justifica la demolición del existente cuerpo exterior “de factura posterior” y “por lo poco cuidado de su integración con el resto del teatro”. Efectivamente, el antiguo habitáculo de proyecciones y su escalera se trata de un volumen adosado y ajeno a la traza original del edificio, pero su eliminación sólo es para ser sustituido por otro cuerpo que no es menos ajeno que su predecesor.

La estructura del Teatro Dengra

Durante el análisis de este proyecto nos hemos encontrado con una gran cantidad de puntos conflictivos entre lo proyectado, lo existente y las posibilidades de la obra.

El primero fue ver la facilidad con la que se adosa un cuerpo nuevo de hormigón armado a un edificio propuesto para el CGPHA Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, calificado por el PGOU como “edificio singular y de valor arquitectónico” e insertado en un área de nivel de máxima cautela arqueológica. Una decisión muy cuestionable con criterios de base que no son los que nos encontramos habitualmente en intervenciones patrimoniales.

A continuación aparece un segundo grupo de temas variado sin resolver: descalce de las cimentaciones cercanas, impermeabilizaciones del sótano, aislamientos acústicos, conexiones urbanas, luminarias incandescentes, molduras, decoraciones, reparaciones, etc. Todos ellos son problemas que pueden resolverse por lo que no entraremos en más detalle por respeto al trabajo que sin duda existe detrás de este impulso al Teatro Dengra.

Sin embargo -y como tercer elemento digno de mención- creemos que el aspecto estructural de este edificio ha sido el gran olvidado. Al menos hasta la fase de licitación no ha existido un análisis del estado de conservación de la estructura del Teatro Dengra: viguetas de planta primera originales con una capa de hormigón por encima, las grandes vigas del graderío superior, los muros de carga que serán horadados cerca de sus puntos de unión con los edificios del antiguo convento, las ruinosas estructuras de apeo del engalaberno o el prácticamente desconocido estado de conservación de las estructuras de cubierta y los techos de la sala central del edificio. Causa cierta inquietud cómo temas de esta importancia quedaron pendientes incluso en la que podríamos llamar la fase previa a la obra.

Mencionamos a este respecto un curioso vestigio del Teatro Dengra original que son los atirantamientos de hierro para la fachada occidental, los soportes de fundición y las vigas del graderío superior que descansan sobre aquellos. De este sistema estructural que continúa en la planta baja, de su integración en los nuevos espacios proyectados para la cafetería y la recepción, de su recuperación o puesta en valor, de su correcto funcionamiento mecánico -todos ellos temas fascinantes- a día de hoy nada se dice en el proyecto.

La licitación de las obras

A finales de 2017, concretamente el 15 de diciembre, el Ayuntamiento de Baza publicó la licitación de las obras de recuperación del Teatro Dengra. El título del concurso era: Contratación de las obras de rehabilitación del Teatro Dengra, cofinanciado por el FEDER en el marco del Programa Operativo de Crecimiento Sostenible, 2014-2020.

A los pocos días del comienzo del concurso se publicaba una nota rectificativa que indicaba un cambio en el plazo de licitación y en la fecha de entrega de la documentación, la cual pasaba del 10 de enero de 2018 al 5 de febrero del mismo año a las 14:00 horas.

En la página del Ayuntamiento de Baza a día de hoy aún se pueden ver y descargar todos los documentos de la licitación, aunque por el tipo de web no es posible colocar enlaces directos a cada uno de los documentos del Proyecto de ejecución. Para poder buscarlo en la propia plataforma de contratación municipal, este concurso tiene número de expediente 58/2017 y su presupuesto de licitación es de 1.653.927,20€, lo que significa 2.001.251,91€ con IVA.

Pese a desear que esta obra del Teatro Dengra comience pronto y finalice con un largo aplauso -similar al de las obras que en él se representarán- desde el principio vimos una cierta rareza en la forma de puntuar la documentación técnica del concurso. Como cualquier ciudadano puede ver en el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares, una muy notable cantidad de puntos (30 de 50, es decir, un 60%) se destina a una serie de “mejoras”.

Estas mejoras, sin embargo, no son sino sustracciones en el equipamiento del futuro teatro: una lámpara araña de grandes dimensiones (inexistente), la cámara de conciertos (inexistente), la rehabilitación exterior del cuerpo de acceso (inexistente) o el aislamiento acústico de la sala (incompleto). Solamente las butacas y sillas de palcos fueron elementos que el Proyecto de Ejecución había incorporado y que las bases de la licitación señalaban como “mejorables”.

No es lo más habitual -al menos para nosotros- observar cómo algunos organismos aprueban proyectos con este tipo de lagunas esperando que los licitadores simplemente las paguen de su bolsillo. La valoración de una serie de mejoras en una obra solemos encontrárnoslas como lo que son: mejoras de lo que ya es bueno y no de lo ha quedado incompleto.

¿Cuándo comienzan las obras del Teatro Dengra?

El día 20 de junio de 2018 aparecía en la prensa la noticia de que se estaban realizando unas obras de desbroce y limpieza en las inmediaciones del teatro y que éstas habían comenzado tras la firma de los contratos de adjudicación de esta obra.

El día 25 de junio se firmaba el Acta de Replanteo y se hacía público el nombre de la Dirección Facultativa de la misma: el arquitecto Antonio J. Trujillo Miranda. El miércoles día 11 de julio de 2018 se hacía una presentación en el auditorio del Museo Arqueológico de Baza de lo que será esta intervención, en la que intervinieron Gema Pérez Castaño -Concejala de Urbanismo y Patrimonio del Ayuntamiento de Baza-, Pedro Fernández Peñalver, actual alcalde bastetano, Antonio Fernández Menéndez, Director Gerente de Construcciones Pérez Jiménez y el director técnico de la obra, Antonio Trujillo.

En algunas de las intervenciones de dicha presentación se utilizaron modelos e imágenes elaboradas por nosotros; dejamos, por tanto, un enlace al video de la misma:

Podemos afirmar que, a fecha de publicación de este artículo a principios de julio de 2018, las Obras de rehabilitación del Teatro Dengra de Baza ya están en marcha.

¿Cuándo finalizan las obras del Teatro Dengra?

El plazo máximo para la ejecución de esta obra es de 12 meses a contar desde la firma del Acta de Replanteo. Sin embargo, en la licitación de las obras se valoró una reducción de dicho plazo hasta un máximo de 8 quincenas. El plazo de ejecución será, por consiguiente, de 10 meses, o lo que es lo mismo, prevemos la finalización de las obras en torno al 25 de abril de 2019.

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Todas las imágenes contenidas en el artículo titulado ‘El Teatro Dengra de Baza y sus obras de restauración y rehabilitación’ y las fotos actuales del artículo con el mismo nombre son contenido original. De las fotografías antiguas se ha citado la fuente en la medida de lo posible. Aquellas fueron publicadas por primera vez en sobredos.com y se encuentran bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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3 Comentarios

  1. nsc

    Fotos sobrecogedoras que me han recordado a esos equipos de la tele que iban recogiendo psicofonías de edificios abandonados. Buscando más información por ahí me he encontrado con noticias antiguas que decían que este teatro estaría terminado en 2011. Qué cosas…

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  2. Zervino

    Buen análisis y estupendas fotografías antiguas y actuales, una pena que no se puedan ampliar. Tras leer este artículo, consultar alguna reseña más y ver ese vídeo, llego a la conclusión de que algo huele a podrido en esta rehabilitación…

    Responder
  3. inyectoras de ocasion

    He leido vuestro post con mucha atecion y me ha parecido interesente ademas de bien redactado. No dejeis de cuidar este blog es buena.
    Saludos

    Responder

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