Curso de contratación pública con la administración

Acabamos de asistir a una «jornada» ofrecida por nuestro ínclito colegio sobre Contratación pública con la Administración, un streaming de una hora aproximadamente que hace unos días despertó nuestro interés. No solamente es que nos dediquemos a ello, sino que COAM no nos tiene acostumbrados a este tipo de delicatessen alejadas de la ortodoxia.

Cuando nos inscribimos, apostábamos entre varias opciones:

A) Una charla técnica en la que nos explicarían cómo funcionan las diversas plataformas digitales de contratación estatal y autonómicas, algo superficial, machacón y muy denso a la vez, como ese aceite oscuro y opaco después de muchos usos, pero útil y práctico al fin y al cabo.

B) Una clase magistral acerca del futuro de las licitación pública y del devenir de la competitividad en los concursos, con una mirada europea, moderna, lúcida e innovadora, impartida por un gran experto en concursos que nos descubriría …horizontes aún no imaginados.

C) Una jornada proactiva que hiciera zoom en cómo la edificación y la construcción podrían sanearse en los próximos años en pos de elevar la calidad en los proyectos y en las obras, fomentar una sana competitividad y también hacer que el comportamiento de las propias administraciones -en ocasiones tenebroso- mejorase y se abriera a la sociedad.

Pero no. No hemos acertado. Lástima…

La jornada no ha servido más que para que un «consulting» de «learning» y «business» nos presentase y nos intentase vender otro curso sobre las oportunidades de contratar con la Administración, las técnicas para conseguir adjudicaciones de contratros o lo sencillo que es ser adjudicatario de éste o aquel concurso.

Aún así, asistimos a la jornada completa con atención y al finalizar coincidimos en que fueron 3 las lecciones transmitidas que sirven para que te enganches y hagas clic en el carrito de comprar el curso:

Lección 1: hay miles de millones esperándote

El mensaje que nos llegó hablaba acerca de 470.000€ de fondos Next Generation de la UE que corresponden a nuestro país. No querer hacerse con un trozo jugoso -y lo más grande posible- del pastel, es como mínimo inconcebible.

A partir de este principio, el resto del mensaje comercial se basaba en la facilidad. En la facilidad para conseguir dicho trozo. Hay camiones de dinero que han cruzado los Pirineos. Ahí están, en algún almacén, esperando, cogiendo polvo. Si no estás licitando y obteniendo adjudicaciones y beneficios a expuertas desde ya es porque no eres demasiado listo.

Seguramente esta empresa tenga esos conocimientos que te hace falta y por un módico precio -ciento y mucho o doscientos y algo euros que costaba la matrícula- te ponen rápidamente al día.

De alguna manera nos ha recordado a esos anuncios de youtube en los cuales aparece siempre un tipo que está loco por compartir contigo un secreto bien guardado con el que ganar miles de euros al día con una aplicación de teléfono móvil. Como decía el John Connor de Terminator 2: ¡Dinero fácil!

Eurocerdito

La imagen preferida de los blogueros de negocios junto con la del guaperas entradito en años canoso y triunfador. Esta figurita significa el ingente montón de dinero que sin descanso se fabrica en tierras alemanas sin parar.

El brillo del material usado en su renderizado significaría la fragilidad del contenedor y lo fácil que es romperlo -cual figurita de porcelana- para acceder a su argénteo interior.

Como hemos dicho, solo un tonto rechazaría una oportunidad como ésta.

Esta conclusión, precipitada y violenta, encaja bastante bien con el nombre comercial de la empresa que impartió la jornada: Listos & CO, que pertenece a Comilistos SL, una mercantil del sector de la formación, la publicidad y el marketing. Ofrecen cursos de todo pelaje: contabilidad, neuroventas, selección de personal, diseño de almacenes, ciberseguridad, autocad, excel, asesoramiento al accionista y SEO. Chachi.

Pese a la variedad, siempre hay un denominador común: la venta de los cursos la hacen a través de las páginas web de colegios profesionales, sobre todo de arquitectos, ingenieros, aparejadores e ingenieros técnicos. Esta empresa no imparte cursos de manera individual, solamente con convenios con estos organismos ¿públicos? y bajo la enseña de sus siglas y su credibilidad.

Originalidad

Encabeza este artículo una composición de dos series de imágenes. La inferior aparece en la web de esta empresa mostrando a una serie de personas preocupadas, dubitativas, absortas y… ¿por qué no decirlo? con cara de tontos. La tira superior es la imagen que se vende o descarga de Shutterstock a la cual le han dado unos ciertos retoques.

Listos & CO han retocado los fondos de la primera y la última imagen, pero se han olvidado de la zona interior del brazo del primero de los tontos. Bueno, son cosas que pasan… Solamente el útimo, al que parece más avispado y que pone cara de estar a punto de dar con la clave, le han rodeado de su color corporativo. Qué conveniente para él.

Lección 2: licitar es ganar

Hay variedad de tipos de licitaciones: servicios, obras, suministros, gestiones, concesiones, etc. Una de las cosas que más nos llamó la atención es que todos los bloques del curso (procedimientos, fases, recursos legales, contratación, pagos y cobros, análisis, etc. entre otros) no hacían distinción entre tipos de contrato.

¿Qué significa esto? Que se transmite una falsa expectativa al margen de la experiencia, la especialización o el conocimiento en profundidad de una actividad concreta, un campo tecnológico o una disciplina. Las mismas reglas sirven para todo. De nuevo la facilidad es un recurrente: todo es fácil, nada es especialmente complejo.

El éxito final es la adjudicación. Para lograr tal cosas como la perseverancia, el sacrificio, el aprendizaje, la educación y la metodología fueron importantes en el pasado, pero ahora viviemos tiempo nuevos. Casi llevamos un cuarto de siglo XXI y ahora las técnicas son otras y mucho mejores: trucos, recetas, soluciones rápidas, canales de youtube, cursos de 3 días, guías rápidas, academias online…

¿Por qué ceñirse a un sólo sector cuando se puede arrasar en todos? Licitar es ganar y los medios están ahí, al alcance de cualquiera.

Lección 3: nunca externalizar una memoria técnica

Algunos de los temas del curso son Aportar valor en una oferta diferenciada, o Mejores prácticas en la realización de ofertas técnicas, o también Análisis de los errores más habituales en el proceso. Luego de obtener unos conocimientos como estos ya poco queda por hacer. Tocamos la adjudicación con la punta de los dedos.

En la jornada en la que participamos tuvimos que escuchar que las ofertas técnicas debían hacerse en el seno de cada empresa y no era conveniente contratar este tipo de servicios externos.

Esta afirmación, aunque se realizó con una cierta timidez, no nos os dejó indiferentes. En el pasado también tuvimos esta creencia aunque nuestras razones eran muy diferentes. ¿Desde dónde se podría realizar el trabajo más competitivo, desde dónde podría elaborarse la propuesta mejor valorada? Sin duda desde la propia empresa. Luchar bajo unos colores siempre parece a priori lo más sensato y efectivo, lo que va a generar la mayor cantidad de beneficio; sin embargo en la realidad esto no es ni mucho menos así.

No es que no estemos de acuerdo o en desacuerdo con tal consejo de no encergar nunca una oferta a una empresa que prepara licitaciones. Ambas son opciones tan válidas la una como la otra. Todo depende de los muchos -muchísimos- factores que hay en el mercado. Intentar hacernos creer que dentro es bueno y fuera es malo sí se puede decir que es simplificar a conveniencia con un objetivo: comprar el curso de 20 horas.

Conclusiones

La imagen de los asnos que no pueden alcanzar los montones de avena es muy significativa. Además de la reflexión sobre la colaboración colectiva y la crítica al individualismo extremo, nos presentan a las personas como asnos en un primer momento. A esos asnos se les puede enseñar o se les puede dejar que aprendan.

Enseñar genera beneficio y puede ser un buen negocio. Que los asnos aprendan por sí mismos no lo es.

Creemos con vehemencia que algunas cosas se pueden aprender con una consulta rápida en un blog o con un videotutorial. Por ejemplo a eliminar columnas y filas ocultas de una tabla de excel, hacer un delicioso arroz con setas o cuáles pueden ser las mejores opciones para una estación de trabajo.

Sin embargo, en nuestro día a día vemos que nuestros clientes y las empresas con las que colaboramos hacen avances muy lentamente, muy poco a poco. Concurso a concurso se va consiguiendo un saber hacer, un conocimiento técnico y humano compacto que ni es rápido ni es estático.

Lo fácil, lo rápido, lo barato o lo que se consigue con un par de clics no son virtudes con las que nos cruzamos a menudo, ni tampoco con las que comulguemos en exceso. Pero tampoco queremos ser ácidos ni groseros con este tipo de cursos online.

Si uno busca en youtube un curso para aprender a tocar la armónica o a modelar con Blender, casi todos los tutoriales serán para principiantes. ¿La razón? Estos tutoriales se hacen para conseguir otros fines: alumnos, clics o publicidad indirecta. Siempre habrá más probabilidades de encontrar un número mayor de noob dispuestos a todo que de profesionales con ganas de un puntito más de especialización.

Un curso de unas pocas horas bien podría servir para iniciarse en este vasto mundo de la licitación pública. Con lecciones y aseveraciones como las que hemos diseccionado no estamos tan seguros de que aporte todo lo que se nos expuso en la jornada gratuita.